Argentina está viviendo un experimento neoliberal autoritario sin precedentes en la historia democrática. Sin ser alarmistas, es importante no subestimar los peligros económicos y democráticos del gobierno de Milei y La Libertad Avanza. Su programa propone lisa y llanamente una reforma estructural del sistema capitalista argentino para favorecer a los dueños del país. Este plan es incompatible con un movimiento obrero y popular fuerte así como también es impensado que se logre sin un brutal recorte de las libertades democráticas. En resumen: para ejecutar su plan de superar el histórico “empate hegemónico” que atraviesa la lucha de clases argentina hace décadas, Milei debe derrotar a la clase trabajadora y al pueblo. También, debe modificar el derecho a la protesta y las reglas institucionales con las que funciona nuestro país desde 1983. Para dar ese golpe, busca dar una batalla cultural sobre el significado de la última dictadura cívico-militar, reivindicando tanto el genocidio como su programa económico. Sin embargo, todavía estamos muy lejos de una derrota de esta magnitud y no vamos a permitir que suceda.

Si durante el macrismo discutimos con el negacionismo que nos atacó planteando que “No fueron 30.000” hoy nos encontramos en un capítulo todavía más avanzado de esa ofensiva. La derecha y los grandes grupos de poder realizaron un balance de la experiencia de Cambiemos en el que su error principal fue el “gradualismo”. Hoy, una expresión de ultraderecha tiene la presidencia del país. Desde ese lugar, realizan una reivindicación explícita del genocidio de los 70. Con la puesta de la banda vicepresidencial a Victoria Villarruel, un cuadro político formado por las últimas generaciones de dictadores, se firma una declaración de guerra contra nuestra memoria. La disputa por el significado de la última dictadura cívico-militar se encuentra abierta. Con el ejemplo de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, debemos dar un mensaje unificado de todos los sectores populares contra la dictadura, su genocidio y su plan económico, que hoy Milei pretende retomar.

“Sobre la movilización del EMVyJ y su correlato en las provincias del país”

Desde Poder Popular reivindicamos la política llevada a cabo por el Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVyJ) durante los gobiernos del kirchnerismo, política que continuó durante el macrismo por la imposibilidad de llegar a un acuerdo unitario con la marcha organizada Abuelas y Madres (LF) y el CELS. Esta política tuvo su correlato con movilizaciones diferenciadas en distintas provincias del país que supieron pelear por las banderas de los derechos humanos de ayer y de hoy y levantar la consigna de “No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos”. El origen de esta iniciativa fue la imposibilidad de denunciar las violaciones a los derechos humanos en democracia expresadas en las políticas de gatillo fácil, la desaparición forzada de personas, la persecución a militantes, la existencia de presxs políticos y la represión a manifestaciones que llevaron a cabo todos los gobiernos desde el retorno de la democracia. Ante la negativa de sectores a que se escuche esa voz y que exista una pluralidad política en los actos del 24 de marzo, se tomó una orientación que supo reunir a organismos de derechos humanos disidentes, familiares víctimas de gatillo fácil y represión, organizaciones de izquierda y movimientos sociales para poner en agenda otros ejes de debate.

Es importante la recuperación de esta historia para desplegar una política acertada en la actualidad. El origen de la movilización diferenciada no fue una negativa sectaria a no movilizar junto con el peronismo y otros actores políticos sino una imposibilidad material para movilizar en un espacio que habilite las denuncias de violaciones a los derechos humanos en democracia y se afirme contra cualquier política de reconciliación con las Fuerzas Armadas. 

Hoy la situación es distinta. En principio, porque los sectores que organizaron la otra movilización durante más de una década invitan al EMVyJ a encabezar una marcha y actos unitarios. En segundo lugar, porque con el gobierno de Milei es necesario no ya solo discutir las violaciones a los derechos humanos en democracia sino el hecho de que el gobierno está llevando adelante una verdadera “batalla cultural reaccionaria” para poner en agenda otra visión de la dictadura militar. Hoy peligran las condenas a los genocidas que hemos logrado con tantas décadas de lucha popular. También nos encontramos con la reivindicación explícita de la represión y el asesinato de militantes (como los casos de Santiago Maldonado y Rafita Nahuel), que tanto Milei como Bullrich plantearon durante el debate presidencial. Existe un desplazamiento de los consensos sociales que supimos construir con la lucha popular. Para no perderlos, tenemos que dar golpes unitarios con todos los sectores populares.

Ser audaces y sostener nuestras banderas en alto

Desde Poder Popular creemos necesario impulsar en todos los lugares donde sea posible movilizaciones unitarias que muestren un masivo rechazo al genocidio de la última dictadura militar, reivindicando la lucha de Madres, Abuelas e HIJOS por la Memoria, Verdad y Justicia. También, buscamos generar hechos que permitan denunciar la continuación del programa económico dictatorial por parte del gobierno de Milei que, al decir de Rodolfo Walsh, busca la “miseria planificada” para los sectores populares.

Tenemos que generar un piso de acuerdos mínimo que nos permita luchar de manera unificada con el conjunto de las expresiones del campo popular, sea cual sea su tradición política. Del otro lado, solo deben quedar quienes reivindican el genocidio y la miseria planificada. A partir de ese acuerdo, cada tendencia del campo popular y la clase trabajadora puede expresar los mayores niveles de definición y debate que considere pertinentes. Desde nuestro lugar, vamos a marchar este 24 de Marzo para reivindicar el proyecto social y político por el que lucharon nuestros 30.000 compañerxs detenidxs desaparecidxs, a exigir la continuación de los juicios y la apertura de todos los archivos de la última dictadura militar. Vamos a marchar también por la memoria de todos los pibes asesinados por gatillo fácil, por lxs desaparecidxs en democracia. Exigiremos el final del Protocolo Antipiquete y la Doctrina Chocobar de Patricia Bullrich, así como la caída del mega DNU de Milei y sus intentos por restablecer los puntos de la Ley Ómnibus mediante decretos presidenciales.


Esta batalla está abierta. Podemos ganarla con unidad y lucha: ¡No pasarán!

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