Un 25 de mayo, pero de 1965, cuando se cumplían 155 años de la revolución de mayo, se fundaba en Buenos Aires el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Dos organizaciones de orígenes muy distintos, como Palabra Obrera (PO) -trotskista- y el Frente Revolucionario Indoamericano Popular (FRIP) –indigenista-, se unían, después de años de conversaciones y militancia conjunta. Ambos grupos coincidían en la importancia de construir un partido revolucionario y en el papel dirigente que debía asumir la clase obrera, así como en la certeza del carácter socialista de la revolución.

Soplaban en América Latina los vientos de la Cuba socialista y la certeza de que la tarea de las y los revolucionarios es hacer la revolución y no esperar el cumplimiento de una etapa previa y unas supuestas condiciones revolucionarias que siempre quedaban más lejos. El PRT, entonces, fue un claro hijo de su época, la fusión de estos dos grupos disímiles, pero que empezaban a encontrarse en referencias comunes a partir de un marxismo renovado por el triunfo de la primera revolución socialista Nuestra América, daba cuenta de la necesidad de romper con algunas ideas preconcebidas para poder parir un Partido que pudiera asumir las tareas que se abrían en ese momento.

El PRT, sin embargo, sufrió diversas rupturas y en el IV Congreso de 1968 se dividieron aguas entre un sector liderado por Nahuel Moreno, que de alguna manera se reafirmaba en algunas de las premisas de la vieja tradición trotskista, y el dirigido por Mario Roberto Santucho que profundizaba la idea de construir un partido que impulsara la construcción de un ejército del pueblo. Efectivamente, dos años después, el PRT-El Combatiente fundaría el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) en una pequeña isla de las riberas del río Paraná.

Para el PRT-ERP la acción armada era fundamental, ordenadora de la etapa, pero de ninguna manera debía permanecer aislada de la construcción del partido en las fábricas, lugares de estudio, barriadas, sindicatos, etc. Hacia 1973 se esforzó por construir plataformas políticas y sindicales amplias como el Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS) y el Movimiento Sindical de Base (MSB), con las cuales logró organizar a una parte muy importante de la vanguardia revolucionaria, además de penetrar en los principales establecimientos industriales del país y apostar a la organización de base de la clase obrera. Impulsó también espacios culturales como el Cine de la Base o el Frente Antiimperialista de Trabajadores de la Cultura (FATRAC), fundó diversos periódicos y revistas.

El PRT-ERP, fue sin dudas una de las organizaciones más importantes que parió la lucha de nuestro pueblo. El despliegue brutal del terrorismo de estado intentó desaparecer hasta el último vestigio vivo de su organización. Los relatos escritos por los vencedores han demonizado y/o negado la importancia de esta experiencia. Como militantes revolucionarixs sabemos que no hay posibilidad de hacer calcos, ni copias, pero también somos conscientes que la historia no empezó con nosotrxs y que existen profundas lecciones y enseñanzas en quienes nos antecedieron en la lucha por la justicia y la igualdad.

En este nuevo aniversario de la Revolución de Mayo y de la fundación del PRT, signados por una ofensiva autoritaria y ultraderechista, y con la misma vocación antidogmática, empapada de las necesidades del momento y la voluntad de terminar con la explotación, la opresión y la injusticia, levantamos con orgullo las banderas de la Revolución Socialista y los nombres de todas las compañeras y compañeros que lucharon por cambiar todo lo que debe ser cambiado.

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