Viviana Ríos Alvarado

Cerca de un millón de personas participaron de la masiva movilización en Plaza de Mayo en defensa de la Universidad y la educación Pública. En ciudades como Mar del Plata, Córdoba, Rosario, Resistencia, Neuquén, San Salvador, etc. el apoyo a la educación pública también se hizo sentir en las calles masivamente.

Los derechos que el pueblo conquistó en sus andanzas por la historia, el amor y el futuro son hoy la bandera atrás de la que nos encolumnamos quienes creemos que las derrotas no son para siempre y que nuestro sueño de un futuro mejor es posible mientras construyamos con unidad y con el pueblo.

¿Qué pasó el 23A?

Este revés a los planes del gobierno contó con el apoyo de múltiples sectores que se plegaron a la marcha universitaria. Profesionales de la salud, del arte, trabajadores del sector privado se movilizaron en defensa de uno de los sectores más atacados en términos de desfinanciamiento. En el último discurso presidencial, un día antes de la Marcha Federal, el Presidente Milei dijo “La educación pública le ha hecho mucho daño a nuestro pueblo”.

Dos cosas podemos decir de este enunciado y lo que plantea. Para empezar, lo que está en la superficie, lo que dice el presidente a viva voz: el ajuste a la educación es parte del combate político e ideológico que intenta librar contra “lo público”, más allá de su rentabilidad o no. Quienes defendemos la educación pública podemos decir no sólo los efectos positivos que trae en términos sociales y lo rentable que es en términos de formación de cuadros técnicos e ideológicos de nuestra sociedad, sino también que en los términos de la balanza de acumulación del capitalismo nacional no representa un gasto para la burguesía argentina.

Como bien circuló días previos a la movilización, solo con lo que se ahorraría el Estado de la exención impositiva a Mercado Pago en un año alcanzaría para financiar a las 60 Universidades Nacionales que hoy se decide poner en riesgo. Esta es una sola de las decenas de empresas privadas que reciben este beneficio por parte del Estado, pudiendo sustentarse en una tendencia creciente: en Argentina se produce cada vez más riqueza, que cae cada vez más en manos de unos pocos.

Como segundo factor que podemos ver en el enunciado presidencial es la guerra que ha declarado no sólo a la institución como un bien público, sino principalmente al Sujetx de transformación que encuentra en la Universidad su principal nicho de formación y organización política: lxs jóvenes. Estamos ante un gobierno que le ha declarado la guerra a la juventud, y con más saña a lxs jóvenes pobres. ¿Cómo podría en el gobierno de Milei profesionalizarse la hija de un albañil y una ama de casa?  

La juventud viene estando en boca de todos los sectores hace bastante tiempo. Para la ultraderecha es la juventud la culpable de los robos, la delincuencia, el narcotráfico. Es la juventud la culpable de que haya llegado a la Universidad conceptos como el de Justicia Social, redistribución de la riqueza, la política, y no la política complaciente (apartidaria), sino la que da cuenta de que les pibes toman decisiones sobre cómo creen que debe ser el mundo.

Por el lado del progresismo a su vez llega la responsabilización de los jóvenes por la caída en manos de la ultraderecha. ¿Qué vamos a hacer con los jóvenes qué votaron a Milei? ¿Cómo frenamos la oleada reaccionaria en redes sociales, en aulas y clubes de barrio? ¿Por qué los jóvenes de hoy no son como los de ayer? Mientras que los mecanismos de participación formal de la juventud no tuvieron asidero en su vida cotidiana, algo de la marcha del 23A nos trajo de vuelta una pregunta que es clave: ¿qué va a ser del futuro de lxs pibes?

Mientras tanto les pibes buscan mecanismos reafirmantes del propio ser por otros lados. Hace años que Argentina sube rápidamente escalafones en los índices de suicidio entre los 12 y 24 años de edad a nivel internacional. Con más rapidez aun si hablamos de autolesiones y otras manifestaciones asociados a la salud integral de la juventud.

Qué futuro ven lxs jóvenes para sí y por qué es tan importante en la política del gobierno de la ultraderecha atacar cada espacio donde la juventud ha podido proyectarse son dos preguntas con las cuáles tenemos que trabajar para llenar las plazas que se vienen.

“Tomemos el cielo por asalto”

De lxs comunerxs de París a la Revolución Cubana, del Mayo del 68 a las luchas de Argentina y América Latina por una vía revolucionaria al socialismo, esta frase de Marx se ha ido haciendo carne de les jóvenes que luchan en su época contra la reacción burguesa y el imperialismo.

Fue parte del grito de batalla por un mundo mejor de nuestrxs 30 mil compañerxs detenidxs desaparecidxs. Es hoy el cielo ese lugar inalcanzable una vez más para lxs jóvenes, para lxs laburantes. Todxs quienes participamos de la marcha de ayer sentimos lo que es ser parte de una marcha histórica en defensa de la educación pública, del futuro que no tiene respuestas, de la reivindicación del pasado que puja por no ser borrado.

Es claramente un escenario de retrocesos para el Gobierno Nacional. En su agenda política sectores aliados que se sientan a negociar el DNU pero formaron parte de la marcha de ayer toman nota de lo que el pueblo dijo y de lo que se puede despertar a partir de esta movilización.

Una vez más, acá no se rinde nadie.

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