Sofía Soriano
Sumarse a militar hoy en día no es tan sencillo. Ni los partidos, ni las asambleas, ni los gremios, tenemos tan claro cuál es el camino ni cuales son las tareas. Venimos de (al menos) 4 años de desmovilización total y crecimiento fugaz de la lógica “salvese quién pueda”. Quienes sobrevivimos a esos tiempos organizades estamos o muy desmoralizades, o sobrepasades de tareas. Las formas de la lucha (o quizá las luchas) de poder están cambiando a nivel mundial: eso cambia las formas de dominación y por ende, nuestras estructuras de organización. Los hechos lo demuestran, no supimos construir una alternativa que suene a posible. No supimos demostrar que hay alternativa. No es el único factor, hay muchos otros, y la mayoría posiblemente nos exceda.
Sin embargo estamos acá y hemos estado siempre: somos espacios de resistencia que con aciertos y errores seguimos dando batalla en cada rincón del mundo.
Ahora, que la destrucción es innegable y que salvarse solx se hace más dificíl, vuelven las ganas de militar. No sólo la necesidad, sino también el deseo por no dejar que pasen por arriba mirando desde la vereda. Frente a ese deseo que veo en historias de instagram, que abrazo en pasillos, o que circulan en grupos de whatsapp, señalo hacia adelante y repito: hay que sumarse a militar.
Militar es un acto amplio, y desconozco su origen etimológico. Hay asambleas estudiantiles, asambleas culturales, organizaciones estudiantiles, organizaciones culturales, asambleas sindicales, agrupaciones sindicales, partidos políticos grandes, partidos políticos chicos, coordinadoras, bachilleratos populares, equipos de prensa, y miles de miles de millones de cosas para hacer. Pero no está todo tan claro, y no es todo tan sencillo. Hay que sumarse, y sumarse implica disponer tiempo y cuerpo, ganas, ideas, cabeza y tolerancia.
Hay que sumarse a espacios que existan, hay que coordinar entre los espacios que existen. Hay que disputar ideas en esos espacios, hay que tolerar disensos en esos espacios. Hay que sumarse con dudas y con certezas. Hay que sumarse con contradicciones.
Hay que sumarse al proyecto de escribir la historia. Hay que sumarse a la idea de que nosotres tenemos que poder decidir nuestro futuro. En el espacio que sea, sumate al proyecto. Si no sabes a donde, tengo varios lugares para recomendar. Hay de toda talla tipo y color.