En horas de la madrugada de este viernes, después de 35 mediaciones fallidas en un Ministerio de Trabajo que jugó claramente desde el inicio para las patronales, el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA) logró una recomposición paritaria a la altura de la dura lucha que llevaron adelante durante casi seis meses.


Finalmente, el acuerdo superó ampliamente el miserable 38% que proponían las tres grandes empresas del sector (Fate, Pirelli y Bridgestone), acordando un incremento 66% para el período julio 2021 / junio 2022, dos puntos arriba de la inflación de ese mismo período, que fue de 64%. En cuanto a la paritaria 2022/23, se firmó un aumento del 25% para julio sobre el salario del mes previo, a lo que luego se suma un 16% a cobrar en octubre, un 10% en diciembre y un 12% en enero del próximo año. Esto totaliza un 63%, pero ante una previsión inflacionaria que llega a las tres cifras se acordó también una cláusula gatillo para marzo 2023 que garantiza que desde mayo o junio se cobrará un retroactivo al 1 de marzo correspondiente a lo que la inflación julio 22-abril 23 haya avanzado por sobre ese 63% y que lo mismo sucederá en el mes de mayo. Además, se suma un 10% extra sobre esos valores, garantizando que la paritaria del próximo período superare en 10 a la inflación, cualquiera haya sido la evolución de la misma. Y sobre esta base se calculará la próxima paritaria (2023-24). Además, los trabajadores del neumático también cobrarán un bono de 100.000 pesos con la segunda quincena de este mes y otro de 34860 el 20 de diciembre.

Estos resultados, que en sí mismos ya serían notables para un movimiento obrero muy golpeado por la inflación, en el que muchos gremios siguen cerrando paritarias a la baja, resulta aún más meritorio al considerar la unánime campaña contra la lucha del Sutna que presenciamos en los últimos meses. Gobierno, oposición, CGT y medios de comunicación actuaron en plena unidad de acción para atacar al gremio conducido por una organización de izquierda (mostrando una vez más un macartismo que asoma con extrema facilidad aún en los discursos presuntamente progresistas).

En ese contexto hostil, las muestras más graves provinieron del propio Gobierno, con un ministro de Trabajo como Claudio Moroni que constantemente justificó la apuesta patronal para retrasar los salarios respecto de la inflación y un titular de Economía como Sergio Massa que se manifestó dispuesto a abrir especialmente la importación de neumáticos para romper la huelga del Sutna, aún en un contexto de escasez de divisas como el actual, en el que el Gobierno se manifiesta dispuesto a dejar de cobrarle retenciones a los monopolios del agro para que liquiden dólares. Pero aquí lo prioritario era que no triunfara la lucha obrera. También los “gordos” e “independientes” de la CGT fueron a manifestarle su preocupación al presidente Alberto Fernández por la persistencia de una lucha que los dejaba en ridículo y que, como efectivamente sucedió, podía revitalizar las demandas desde abajo del movimiento obrero.
Como contraejemplo esperanzador apareció la solidaridad de clase a nivel internacional con la manifestación del sindicato del neumático brasilero SINTRABOR, que se opuso a exportar neumáticos a la Argentina para quebrar la huelga de sus hermanos de clase y amenazó con convertir la lucha argentina en un conflicto regional de toda esa rama productiva.

Pocas horas después del triunfo del Sutna, numerosos gremios también actualizaron sus demandas paritarias, abriendo una situación más favorable para la clase obrera y también para luchas como la de los estudiantes secundarios que siguen multiplicando las tomas de colegios y el reciente acampe de piquetero.

Como sostuvimos desde el inicio de la lucha, si ganaba el Sutna, ganábamos todos y todas. Y, con los métodos de lucha propios de la clase obrera, así sucedió, abriendo un escenario más favorable para los inevitables enfrentamientos que se abrirán con una patronal que se acostumbró a la desmovilización pandémica y quiere mantener un ritmo de ganancias colosal y con un Gobierno dispuesto a llevar a fondo el ajuste para pagar la deuda ilegítima y fraudulenta del Fondo Monetario Internacional.
¡Por más lucha y unidad para garantizar muchos más triunfos como el del Sutna!

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