Por Ariadna Guerrero y Mario Bortolotto
Trabajadorxs de la Educación
No han sido semanas fáciles para el Gobierno de Santa Fe, que conduce el pejotista Omar Perotti. Las y los trabajadores de la provincia vienen protagonizando importantes luchas en defensa de sus salarios frente a la política de ajuste. Hubo tres días de paro en las escuelas públicas de la provincia de Santa Fe, con jornadas de alto acatamiento y gran protagonismo de la base docente. Así lo expresó la gran movilización del pasado 20 de septiembre, con epicentro en la ciudad de Rosario, al cual convergieron también docentes de otros departamentos del sur provincial.
El conflicto comienza cuando el gobierno no responde a la petición formal, realizada el 8 de julio, por la reapertura de la mesa paritaria, en la que los gremios plantearon la necesidad de revisar el acuerdo firmado en marzo del 2022, frente a una pérdida abrupta del poder adquisitivo producto de la escalada inflacionaria.
Ante la nula respuesta gubernamental, en agosto se lanzó la lucha por la reapertura de la paritaria, con la concurrencia de medidas de fuerza de varios sindicatos provinciales (AMSAFE, ATE, SADOP, UPCN y SIPRUS). La única respuesta del Gobierno fue redoblar una postura de “dureza”, con la amenaza de descuentos por los días de paro. Una medida a la que los sindicatos calificaron como extorsiva y amenazante, y de dudosa legalidad, como da cuenta un reciente fallo de la corte suprema de justicia de la nación, que obligó a devolver los descuentos realizados por el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, bajo la administración de Rodiguez Larreta, por los paros realizados por sindicatos porteños en el año 2021.
Para ahondar en los acontecimientos, tuvimos la oportunidad de conversar con el profesor Juan Pablo Casiello, delegado general de la seccional de AMSAFE Rosario, representante de la base docente en la lucha contra el ajuste.
Poder Popular: ¿Por qué la docencia del sector público está en pie de lucha en Santa Fe?
Juan Pablo Casiello: Es un conflicto de muchas semanas. Ya desde el mes de mayo estábamos planteando que el acuerdo que se firmó en marzo se quedaba corto. Que la inflación ya empezaba a sacar ventaja. En julio hicimos una presentación formal reclamando por la apertura de paritarias. El gobierno provincial fue demorando. Estuvimos de paro en el mes de agosto y recién en septiembre apareció una propuesta muy baja, que significaba quedar nuevamente detrás de la inflación, de hecho es una rebaja salarial. Se rechazó la propuesta y se retomó la lucha en estos días con 72 horas de paro.
PP: ¿Son los únicos que están planteando el rechazo a la oferta del gobierno?¿La consideran parte de un ajuste más general?
JPC: En este marco hemos tenido distintos procesos de unidad y solidaridad. En principio estábamos con otros gremios estatales. Pero lamentablemente los otros gremios, sobre todo ATE (provincial) y UPCN, sin consulta a las bases, terminan aceptando la propuesta. Por lo tanto, en principio, hoy solo AMSAFE está sosteniendo la pelea a nivel provincial.
Santa Fe, es una más, de un conjunto de provincias en la que los gremios docentes están de paro. El ajuste a nivel provincial se da en Santa Fe, Entre Ríos, en el conjunto de las provincias. La iniciativa bajada desde el gobierno nacional plantea la necesidad de acordar con el Fondo y disminuir el déficit fiscal. Eso se expresa, no solo, en las cuentas del gobierno nacional, sino también, en las cuentas de los gobiernos provinciales. Se produce la baja del salario del conjunto de los trabajadores y las trabajadoras de las distintas provincias. En esta situación, somos los gremios docentes, quienes venimos encabezando la resistencia a esos recortes, a esa baja del salario. En Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, San Juan, también el sur, la Patagonia, Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz, son todas provincias donde se vienen protagonizando importantes luchas de los gremios docentes. Se viene planteando la necesidad de un plan de lucha de la CTERA que pueda unificar. En agosto hubo un día de paro nacional de la CTERA vinculado a la muy preocupante condena de Santiago Goodman, secretario general del gremio de docentes de Chubut. Pero la CTERA no ha pasado de declaraciones, creemos que hace falta otra actitud mucho más comprometida con los conflictos provinciales y la necesidad de un plan de lucha nacional que los unifique y los potencie.
PP: Entendemos que no están solos en el conflicto y cuentan con el apoyo de otros sectores de la comunidad ¿Es así?
JPC: Sí, es importante mencionar la solidaridad de organizaciones sociales, así como el gremio de trabajadores aceiteros (SOEAR), que siempre aparecen con mucha fuerza y solidaridad. También está parando la docencia de la Universidad Nacional de Rosario y que se han sumado a movilizaciones y actividades conjuntas. En esa misma línea, se ha ampliado el apoyo del movimiento estudiantil.
PP: ¿Cuál es la perspectiva de aquí en adelante?
JPC: Hoy más que nada la lucha frente a la apuesta del gobierno provincial de dividirnos y quebrar el vínculo con la comunidad educativa. Cuentan con el apoyo de muchos medios, sobre todo los hegemónicos, que reciben mucha pauta publicitaria oficial. Pero el tirarnos en contra de las madres y padres no está teniendo buenos resultados. Porque además, hay mucho enojo con el gobierno provincial, porque hay una serie de situaciones muy graves que están pasando, que tiene que ver con la violencia en los barrios, la quema de los humedales, que hacen muy difícil la vida. Son situaciones que se están padeciendo desde hace tiempo y los gobiernos provincial y nacional no hacen lo que tienen que hacer para resolverlas.
Todo esto hace a un conjunto de situaciones que repercuten y crean un malestar con el gobierno. Configurando una base para la solidaridad con la lucha docente.
Para nosotros el desafío es seguir sumando unidad y solidaridad, entendiendo que es una batalla por el salario docente, pero también es por la escuela pública y por la situación de todos los sectores populares que la estamos pasando realmente mal producto de estas políticas de ajuste.
Por último, cabe destacar que la demanda docente no se reduce a lo salarial sino que se incluye la grave situación en las condiciones edilicias de las escuelas, con faltante de suministro de gas, agua y otros servicios esenciales. También las ambientales, principalmente por la contaminación del aire, que afectan directamente las condiciones de trabajo y estudio. El empeoramiento en la situación socioeconómica que perjudica la continuidad y subsistencia de la población estudiantil, y que, por lo tanto, se hace más evidente el abandono presupuestario para los comedores y copa de leche escolares. Actualmente, se destina $24/estudiante para la copa de leche y $80/estudiante para comedores. Como otro ejemplo del ajuste presupuestario de los últimos años, cabe mencionar las ridículas asignaciones familiares para los empleados de la provincia: $700/hijx, cuando a nivel nacional se encuentran en $20.000/hijx.
Merecería un capítulo aparte, las gravísimas consecuencias para las comunidades y escuelas producto de la violencia narco policial, que asolan a diario con balaceras y amenazas las barriadas populares de Rosario.
Es importante respaldar y difundir la lucha contra el ajuste en educación. Porque es unos de los pocos focos de resistencia que se están presentando frente a los cantos de sirena de la nueva ortodoxia fiscalista con la que, tanto el gobiernos provinciales y nacionales, bajo el pretexto de una estabilidad macroeconómica, avanzan en un plan socioeconómico en favor de los intereses económicos concentrados y beneficiados por la dependencia y el extractivismo.