En este momento crítico para nuestra provincia y el país nos vemos en la necesidad de expresar nuestro posicionamiento frente a las elecciones provinciales del próximo domingo 10 de septiembre. Nos enfrentamos a un escenario político marcado por la crisis, el ajuste, la inflación y la violencia. Por el ascenso de la ultraderecha, el negacionismo y un corrimiento general de todo el arco político tradicional hacia posiciones más conservadoras y pro represivas. Mientras, la situación social y económica se agrava, la bronca popular con las formas representativas tradicionales se ha expresado a través de la abstención, voto blanco y nulo, que fueron récord desde que se instalaron las PASO en 2009 (en conjunto sumaron el 36,5%). Pero también a través del voto a un candidato de ultraderecha que, auxiliado por los grandes medios y la influencia en redes sociales, ha logrado maquillar como novedoso un programa neoliberal y de ajuste extremo.
El ataque a las conquistas y derechos históricos es abierto y explícito. En nombre de “lo nuevo”, y con la supuesta intención de confrontar a la “casta política”, se ha conformado un programa que pretende arrasar con todos los derechos sociales y laborales que son definidos como aberración. Detrás de todas estas medidas no hay más que una búsqueda de mayor transferencia del trabajo al capital, con la pulverización aún mayor de nuestros salarios y un ajuste más brutal sobre el gasto público. Destruir el sistema de salud, educación y el empleo público son sus principales objetivos. Junto al desmantelamiento del sistema previsional y científico.
Atravesamos un contexto de fuerte deterioro de las condiciones de vida de la clase trabajadora, tras una década consecutiva de ajuste y pérdida del poder adquisitivo, con el notable crecimiento de los índices de pobreza y sometidos al tutelaje del FMI que exige mayores ajustes y austeridad. En este sentido, las condiciones en las que se desarrollen las luchas populares no pueden ser subestimadas. Y por ello resulta fundamental evaluar qué condiciones pueden resultar menos desfavorables para la continuidad de la pelea por nuestros derechos y reivindicaciones.
En la provincia de Santa Fe, ante el rotundo fracaso del peronismo perottista, se perfilan figuras políticas como Maximiliano Pullaro que se referencian en proyectos reaccionarios como los representados por Bullrich y Gerardo Morales. Estos modelos han implementado políticas de ajuste y represión durante sus mandatos. Por ello rechazamos tanto la continuidad del perottismo como esta falsa alternativa reaccionaria. En este sentido creemos que la candidatura de Carla Deiana, por el FIT-U, es la única que expresa un programa que recoge las demandas de las organizaciones populares y la clase trabajadora. Aunque también consideramos que se podría haber hecho más para fortalecer un reagrupamiento político amplio que dé fortaleza a una alternativa anticapitalista y emancipadora.
En cuanto a la legislatura provincial, Carlos Del Frade ha demostrado firmeza en la denuncia del poder narcopolicial-político, y ha sido uno de los pocos que sostuvo la demanda por el desfalco que provocó el grupo Vicentín con sus socios en el poder político y judicial. Su trayectoria está marcada por la coherencia y su constante compromiso social como militante popular.
En la Ciudad de Rosario, la candidatura de Juan Monteverde representa una posición más progresista frente a las aspiraciones reeleccionistas de Pablo Javkin, que coquetea con figuras ultraderechistas como Bullrich y Milei. Los cuatros años de gestión de Javkin han sido lamentables. Se ha centrado en obras vistosas en lugar de abordar las necesidades fundamentales de vivienda, alquileres, infraestructura y recursos para los barrios más desfavorecidos de la ciudad. Todavía estamos esperando que los colectivos retomen la frecuencia previa a la pandemia. Más bien se ha deslucido en un proyecto oportunista que llegó de la mano del Partido Socialista, ahora derechizado, y carente de un proyecto político coherente en favor de las mayorías.
En conclusión, en estas elecciones provinciales, instamos a enfrentar a los representantes de la ultraderecha y el ajuste y apostar por candidaturas que representen un cambio positivo y la defensa de los derechos fundamentales. Sabemos que nada se agota en el terreno electoral, pero también que no podemos subestimar sus resultados. La organización y movilización desde abajo resulta central para lograr torcer este camino de ajuste y miseria.
¡La lucha sigue!