En estas elecciones legislativas en todo el país, llamamos a votar para meter voces de izquierda en los parlamentos, e invitamos a quienes elijan expresar su rechazo a Milei votando a los partidos mayoritarios a organizarse para pelear en unidad en las calles contra este gobierno. ¡Tenemos que poner en pie una alternativa política de la clase obrera, unitaria, plural, democrática y con todas las demandas del pueblo en su programa!

  1. La amenaza contra el pueblo no viene solo de La Libertad Avanza

En las últimas semanas, a partir de las elecciones de Jujuy, Salta, San Luis y Chaco se discute si La Libertad Avanza obtuvo buenos o malos resultados. Desde nuestra perspectiva, en estas elecciones de carácter legislativo las victorias o retrocesos del gobierno no deben leerse solamente en los votos estrictos de su fuerza política sino en los resultados generales de las fuerzas que vienen gobernando de conjunto con el ejecutivo: el PRO, la UCR y sectores del PJ. El gobierno de Javier Milei asumió con una minoría parlamentaria. Solo pudo llevar a cabo desde el parlamento el saqueo a los sectores populares con el apoyo de estas fuerzas políticas visibilizado en facultades extraordinarias y los megapaquetes votados como la Ley Bases. Tienen siglas diferentes y en ocasiones matices en algunos temas pero acuerdan con un mismo camino: ante el contexto de crisis, favorecen una ofensiva contra la organización social, sindical y buscan una transferencia de recursos de los sectores populares al empresariado. Con esta lógica, votan leyes que favorecen la represión y persecución a quienes se oponen a las políticas del gobierno, brindan libertades para que empresas extranjeras saqueen nuestros recursos naturales al tiempo que vetan presupuesto para jubilaciones y educación, admiten un nuevo acuerdo con el FMI y le prestan impunidad al presidente y su fuerza en casos como los de la estafa $LIBRA. Por eso, afirmamos que un voto a los partidos que cogobiernan es también un voto a las políticas de represión y ajuste de La Libertad Avanza.

A su vez, con respecto a las legislativas anteriores, se muestra un aumento de los votos de La Libertad Avanza que lo consolida como la oposición real a algunos gobiernos provinciales mientras que se ha integrado a otros, como el caso de Chaco. Si bien todavía es prematuro un balance general, ya que tan solo se realizaron 5 elecciones, hay indicadores de un crecimiento electoral de LLA y de una caída del peronismo y las listas impulsadas por el PJ en las distintas localidades. Con la aprobación del nuevo acuerdo con el FMI y la salida del cepo al dólar, el gobierno busca llegar fortalecido a las elecciones nacionales de octubre postergando gran parte de sus problemas económicos y políticos para después del test electoral. Sin embargo, incluso cuando el gobierno lograra estabilidad macroeconómica y éxitos en sus términos, esto será en detrimento de las condiciones de vida de las mayorías. Puede desacelerarse el proceso inflacionario, pero al mismo tiempo el sueldo cada vez alcanza menos, los derechos conquistados son desfinanciados y atacados, y la vida del pueblo trabajador se deteriora día a día. El malestar con la situación se acrecienta, y es necesario organizarlo para resistir el brutal ajuste.

Los altos índices de ausentismo a las urnas, superiores a las elecciones legislativas anteriores son una fotografía, aunque parcial, de la desilusión y la crisis de representación política. Tienen como protagonista en gran medida a los sectores populares de cada una de estas provincias que cada vez se ven menos representados en los debates de la política “real”. Organizar esa bronca para que se convierta en movilización en las calles y transformarla en una herramienta que pueda tener como protagonista al pueblo trabajador es una tarea que se extiende cada vez con mayor necesidad y urgencia.

  1. Una necesidad que se hace sentir: rechazar las políticas del gobierno

Desde el momento mismo en que se reveló la amenaza de que Milei llegara al gobierno, amplios sectores del pueblo y la clase trabajadora tomaron conciencia de la imperiosa necesidad de bloquearla, usando para ello el instrumento más a la mano, que fue un voto al candidato de Unión por la Patria. Para muchos/as, ese voto no fue gobernado por la lógica del “mal menor”, sino por la de la autodefensa, con la conciencia plena de que un triunfo de Milei podría acelerar una derrota de largo aliento para la clase trabajadora. En esa oportunidad, sin ninguna expectativa, con mucha conciencia de quién era y lo que representaba Sergio Massa, desde Poder Popular llamamos a votar a Unión por la Patria, sin eufemismos, sabiendo que era lo que había que hacer en las urnas en ese momento para intentar bloquear la llegada de la ultraderecha al poder del Estado. Dimos una discusión al interior de las izquierdas, y somos conscientes de que efectivamente en muchos espacios esos debates florecieron.

Estas elecciones de medio término tienen una carácter nacionalizado con respecto a qué es lo que se disputa simbólicamente. Por ejemplo, en las elecciones de legisladores/as porteños/as se juega una interna de la derecha que tendrá repercusiones en la elección de octubre y que impactará en todo ese campo político, en PBA se resuelve la interna del PJ, resolución que están mirando los peronismos de numerosas provincias y que podría empujar un desenlace de largo alcance en los contrapesos al interior del PJ. La lectura de los resultados del domingo 11/05 fue nacional y el gobierno, como todos los gobiernos, apuestan a plebiscitar su gestión en octubre.

Aun así, estas elecciones legislativas presentan un escenario diferente al de las ejecutivas nacionales de 2023. No se define quién tendrá el poder del estado, no se vota “a todo o nada” (con algunas excepciones jurisdiccionales), y en ese marco más votos para opciones que no necesariamente vayan a ganar la elección puede empujar un avance de la representación de voces en los parlamentos a favor de las condiciones de vida del pueblo, como la que pueden expresar las listas de izquierda.

Sin embargo, porque somos parte de la clase y nos insertamos en sus órganos unitarios, reconocemos la convicción de miles de laburantes de que no hay nada más importante y urgente que golpear al gobierno, en busca de bloquear cualquier avance de sus medidas y cualquier fortaleza política o simbólica devenida de ganar en diferentes jurisdicciones. Si bien, como dijimos, en estas elecciones el voto no cumple el mismo papel que en 2023, en esa convicción se expresa una orientación que compartimos: la de unir fuerzas contra la amenaza fascista (orientación que venimos defendiendo y que tuvo una conquista el último 24M).

A estos sectores populares que van a optar por votar al peronismo en estas elecciones les planteamos la necesidad concreta de orientar sus esfuerzos en luchar en unidad en las calles para frenar la represión, el saqueo y el nuevo paquete de reformas que busca el gobierno de Javier Milei. Solo con organización unitaria, sostenida en la lucha de las calles, podremos lograr otras condiciones para resistir. Lamentablemente, importantes direcciones peronistas del movimiento obrero y social evitaron impulsar esta pelea en unidad, en las calles. Si bien en algunos momentos del mandato de Milei sí lo hicieron (como en los paros y movilizaciones convocadas por la CGT o las marchas universitarias), su apuesta parece seguir estando en el terreno exclusivamente electoral. Esto nos remite al “hay 2019”, consigna con la que el PJ desmovilizó a amplios sectores que rechazaban en las calles al gobierno de Macri (recordemos las luchas de diciembre de 2017, la movilización universitaria de 2018 y otras de esos años), desmovilización que implicó que el descontento con las políticas del gobierno de Alberto Fernández se canalizara por derecha en el voto a Milei.

En este sentido, nuestra apuesta es a llamar a votar listas de trabajadores/as, con programas de izquierda y a empalmar con la orientación que exprese rechazo al gobierno, como los votos defensivos al peronismo, llamando a la unidad en la lucha y a la organización unitaria de la bronca.

  1. Es necesario construir una alternativa política tan radical como plural

En lo político, nos enfrentamos a la tarea de construir una alternativa de izquierda de carácter unitario y de lucha. Para ser protagonistas del instrumento que pueda derrotar a Milei y para impulsar un programa que incluya todas las demandas del pueblo trabajador, debemos poner en pie una alternativa que esté a la altura de resolver los problemas materiales de la gente pero al mismo tiempo luche por una forma digna de vivir la vida sin renunciar a nuestras banderas. Existen hoy diversas identidades políticas con relevancia y hay mucho que aprender de ellas: el colectivo LGBTIQ+, el movimiento de DDHH, las luchas en defensa de los territorios y por los bienes comunes, la defensa de la educación y la salud públicas son núcleos de buen sentido que aglutinan y movilizan. Nos toca a las organizaciones profundizar nuestra incidencia dentro de esa pluralidad de sujetos, sin sectarismos, sin imponer dinámicas y fomentando la unidad interseccional entre distintos sectores del campo popular, haciendo confluir las luchas en un objetivo común: derrotar a la ultraderecha y que la clase en su conjunto pase a la ofensiva.

Esta alternativa debe impulsar con honestidad el camino para construir la resistencia al gobierno de Milei: la unidad en las calles de todos los sectores políticos y sociales que se opongan al modelo. Si hacia el interior de la clase trabajadora gana la política de esperar al 2027 para echar al gobierno, llegaremos con nuestras condiciones de vida inmensamente precarizadas y niveles cada vez más bajos de organización social y política. Esta orientación nos debilita y le deja el terreno liberado al gobierno para avanzar en tiempo récord con un conjunto de reformas estructurales que tardaremos muchos años en contrarrestar. Ante la amenaza de una derrota de largo plazo, el momento de construir la resistencia en unidad es ahora y representa una tarea histórica para quienes nos toca vivir este periodo.

Apostamos a que al calor de esa experiencia surja una alternativa plural de izquierdas que ponga como centro del debate los principales problemas de Argentina. Esta herramienta tiene que  nacer con la pluralidad de sectores de izquierda que existen en nuestro país, que estén dispuestos a abandonar sectarismos, delimitacionismos y posibilismos, reconociendo que formamos parte de este universo una multiplicidad de tendencias y perspectivas. Asistimos a un cambio de etapa que exige repensar de manera más amplia nuestros marcos de alianza. Tenemos la imperiosa tarea de construir una alternativa que permita a la clase trabajadora dejar de estar a la defensiva y discutir un modelo de país con el protagonismo de las mayorías populares.

  1. Votamos a las listas de las de izquierdas

Lamentablemente, vamos a una nueva elección en que esa alternativa amplia y radical no está presente en el cuarto oscuro. Pero aun así, creemos que son necesarias en los parlamentos las voces de izquierdas que disputen sentido y se opongan a las alianzas que favorecen el pacto social de gobierno de La Libertad Avanza con el PRO, la UCR y sectores del PJ. Voces que busquen construir una oposición al gobierno con presencia en las calles, que no deje pasar las medidas de ajuste, represión y saqueo. Con la expectativa y el esfuerzo de nuestra militancia puesto en construir unidad en las calles y una alternativa política superadora a la fragmentación, el sectarismo y el posibilismo, consideramos que es momento de un voto a legisladores/as de corrientes de izquierdas.

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