Desde Poder Popular estuvimos dialogando con jóvenes de distintos puntos del país acerca de cómo se preparan para la Tercera Marcha Federal Educativa y cuáles son los desafíos que piensan que tiene el movimiento estudiantil luego de la misma. Hablamos con estudiantes de Arde Rojo, de la facultad de Salud y Trabajo Social de la UNMDP, con estudiantes de la Roberto Santoro de Artes Dramáticas de la UNA y con Elis Jones, estudiante de la Facultad de Derecho de la UNPSJB.

PP: ¿Cómo fue el último año de lucha universitaria en tu territorio? ¿Qué métodos de lucha existieron?

Arde Rojo: En la ciudad de Mar del Plata el movimiento estudiantil viene planchado desde el proceso de toma de facultades del año pasado. Los espacios de base están cada vez más debilitados y las agrupaciones y conducciones de centro de estudiantes que responden a intereses partidarios y electorales están activamente obstaculizando los procesos de organización y las medidas de lucha que no sean paros y/o marchas locales y federales. En octubre del año pasado la Facultad de Ciencias de la Salud y Trabajo Social de la UNMDP fue la primera en ser tomada, por compañerxs independientes autoconvocadxs frente a la inacción de la conducción del centro de estudiantes. Al día siguiente tuvimos olla popular, asamblea y votamos la toma, que duró doce días. 

Después de esta medida se intentó continuar con un plan de lucha organizado entre la grupalidad de autoconvocadxs y las agrupaciones estudiantiles de nuestra facultad, pero el cansancio que dejó el proceso de toma, que resultó complejo porque desde todos lados querían deslegitimarlo, boicotearlo o aparatearlo, y porque en su mayoría las personas que lo sostuvimos no teníamos experiencia, generó que se desmovilice la grupalidad que se había construido. Este año nos encontró todavía más desvinculadxs y precarizadxs; está muy difícil sostener acciones colectivas. Veo lejana la posibilidad de toma, por lo menos en mi unidad académica; hay mucha resistencia por parte de las dos fuerzas estudiantiles con mayor representatividad. Las marchas universitarias tanto federales como locales de este año fueron muy poco convocantes; es un método que siempre sostendremos pero que observo que se ha agotado, o que las burocracias también se han encargado de vaciar. Este año, comenzamos a sostener asambleas estudiantiles a partir de junio, algunas pocas ollas populares sostenidas por el espacio de izquierda y autoconvocadxs, y una vigilia un día posterior a la proscripción de Cristina que se votó pero que ni siquiera se concretó.

Roberto Jorge Santoro: Acá en Capital Federal creo que hace un año estábamos muy movilizados, hace 4 meses muy paralizados, tuvimos ese proceso de masividad ese año con las marchas y la toma pero sin conquistas y muchos paros, mucho cansancio. Luego hubo muchísima nostalgia de que ojalá se vuelva a prender y tomar algo. La gente entra a la facultad de teatro y no se saluda pero de repente ahora la cuestión se empezó a mover más.

La medida fundamental es la toma. Llegamos a esta medida sin tanta lucha encima este año la mayoría de los compas, no hubo tanta movilización hasta ahora. Nosotros queríamos tomar, mocionamos la toma pero fueron los estudiantes los que empezaron a agitar y construir mística en el medio de la asamblea cantando “La tooooooma, la tooooma”.

Elis Jones: En el caso de la UNPSJB en Trelew, el ultimo año se podría caracterizar por etapas, el primer cuatrimestre del año pasado con algunas asambleas de poca concurrencia y acciones mínimas e intermitentes (sin contemplar la marcha universitaria) fue una pequeña llama que no prendió en la comunidad universitaria, impulsada sobre todo por el gremio docente y lxs agremiados mas combativxs. Aunque sí podría considerarse como un germen o una base de lo que en la segunda parte del 2024 constituyó un escenario de lucha y discusiones políticas. 

El parteaguas fue el veto al proyecto de ley de financiamiento en octubre, a partir de ahí, con la bronca que generó la actitud del ejecutivo frente a la multitudinaria marcha federal se logró mayor participación en las asambleas y medidas de lucha. En la asamblea siguiente al veto se aprobó la toma del edificio de aulas, una medida acorde a la profundidad del conflicto y a lo que el movimiento estudiantil en su faz nacional propuso. Pero por las características propias del estudiantado de la sede, muy despolitizado y sin direcciones combativas en los centros de estudiantes, la toma fue levantada al dia siguiente, continuando a partir de allí con acciones más tímidas y con menor participación, como clases públicas, cartelazos y marchas. Por el momento del año en que dió más fuertemente el conflicto (octubre en adelante), las características del estudiantado que mencioné y conducciones estudiantiles algunas, -las independientes- incapaces de organizar y movilizar, y otras -las peronistas alineadas a la gestión de facultad- que directamente que operaron contra la radicalización o siquiera la participación de les estudiantes en las medidas de lucha, el conflicto concluyó por desgranarse con el fin de cuatrimestre. 

El 2025 comenzó y las instancias asamblearias, discusiones, formaciones,  no fueron retomadas por los centros de estudiantes, lo que deja ver la dependencia de un contexto nacional de lucha que les obligue a participar de acciones. No son capaces o no quieren tomar la iniciativa en pos de informar y movilizar a les estudiantes (ni siquiera para defender su derecho a una educación de calidad). 

PP: ¿De qué manera se preparan para la Marcha de hoy? ¿Cómo piensan que se relaciona la marcha con la situación de debilidad del gobierno?

Arde Rojo: De cara a la marcha federal, espero que realmente mueva un poco el piso, que sea convocante. Nos están pegando por todos lados, se nota el agotamiento y el deterioro de nuestros cotidianos. Sinceramente, aunque es notorio el momento de crisis del gobierno, no termino de creer que la marcha vaya a tensionar el panorama; ojalá que sí, pero estoy medio desesperanzada últimamente. Creo que son pillos y que van a buscar sus estrategias. Pero sí es cierto que la movilización popular logró que se rechace el veto a la ley de Emergencia en Discapacidad, por lo que tampoco hay que caer en la derrota. Lo que tal vez me genera este pesimismo es la desmovilización por parte de los espacios estudiantiles en cuanto a pensar próximas acciones concretas de lucha. Ya han ejercido resistencia a tener una asamblea el jueves 17, porque claramente no quieren que se les venga una toma encima; van a buscar evitarlo de toda manera que puedan.

Roberto Jorge Santoro: Nos preparamos intentando ser la mayor cantidad de gente reunida y organizada porque veníamos de toda una temporada de desorganización y cansancio. Nuestra forma de organizar hacerle creer a la gente que es posible activar, reunirse, tomar la facultad y armar quilombo, que tiene sentido encontrarnos. Uno va a la marcha distinto si piensa que tiene sentido.

La estrategia es hablar, preguntarle a les estudiantes qué pensaban. Nosotros vimos que era el momento de la toma pero antes le preguntamos a todos los compas y la mayoría pensaba que era la medida pero no era el momento. Después, en una asamblea muy grande, cuando la conducción no bancaba la toma y tres personas salieron a decir que no era el momento, fueron voces de estudiantes que habíamos hablado previamente que defendieron la necesidad de la toma y de radicalizar la lucha.

Elis Jones: Partiendo de lo que comentaba anteriormente este nuevo ciclo de movilización contra los vetos de Milei nos encuentra desorganizados. El miércoles 10 fueron las elecciones de co-gobierno, en las que votaron más de 800 estudiantes, sin embargo de la asamblea que se hizo el jueves 11 (que logramos impulsar por fuera de los centros, entre compañerxs del PP, PO y MST) participó menos del 10%. Como decía, se debe dos factores: un estudiantado despolitizado y poco o mal informado  (afectado también por la crisis económica y el desgaste que ello implica), y centros de estudiantes con poca formación politica y experiencia para afrontar un desafío tan grande como enfrentarse al poder ejecutivo, algunas conducciones además de inexpertos operan contra la movilización, no difunden por sus redes ni entre sus representadxs los llamados a asamblea que hacemos -como consecuencia misma de su inacción- estudiantes autoconvocadxs. 

Para la marcha de mañana se organizó un festival unas horas antes de la marcha y está programado movilizarse desde la sede de la UNP a la plaza independencia para confluir con lxs jubiladxs.

Pienso que el momento de debilidad del gobierno, al que se lo logró llevar con la resistencia de los sectores más vulnerados (jubiladxs, garrahan,) y al que también llegó por sus propios mediums (Karina 3% Milei/Menem) es desaprovechado en nuestro caso, más allá de que confío en que mañana seamos muchos en las calles de Trelew, era invaluable dar en nuestra ciudad, en nuestra sede, una muestra de la fuerza que el movimiento estudiantil organizado puede lograr, hubiera aportado a levantar la moral de la clase que viene siendo vapuleada también por un gobierno provincial nefasto y altos niveles de desempleo. 

PP: ¿Cuáles piensan que son los desafíos del movimiento estudiantil después de la Marcha Federal Educativa de mañana?

Roberto Jorge Santoro: El desafío más inmediato es conseguir que Diputados rechace el veto a la ley. Y si lo rechaza, poder innovar de cara a Senadores. No solo es importante ganar la promulgación de la ley, sino que también es fundamental que les estudiantes nos sintamos responsables de esa victoria, que no pensemos que dé lo mismo que hayamos luchado o no. Más allá de lo que pase con la ley, creemos que hay una gran tarea que consiste en consolidar un movimiento estudiantil que tenga su agenda propia. Hasta ahora, nos ha organizado la lucha el reclamo docente y no-docente, que es muy válido y constitutivo de la universidad pública, pero ¿qué nos mueve a nosotres? Durante la toma, en la jornada de carteleria hicimos un ejercicio que consistía en imaginar cómo podría materializarse un mayor presupuesto en nuestro departamento: edificios propios, acceso a técnica de luces y sonido, financiamiento para las obras que creamos, boleto educativo, banco de utilería, comedor estudiantil… Todas cosas fundamentales para lograr una formación profunda y de calidad, con las que no contamos. Entonces, en principio, construir una agenda propia. Contestar la pregunta que siempre su respuesta se actualiza: ¿para qué la universidad pública hoy? ¿Para quiénes? Tenemos la tarea de construir la Universidad que nos permita idear y construir una sociedad crítica, creativa y solidaria.

Arde Rojo: El desafío es superar a las burocracias y encontrarnos como estudiantado en unidad y en estado de asamblea permanente. Está muy complicado convocar siendo que no hay un piso mínimo de debate, si lo hay es entre lxs mismxs pocxs de siempre; y el pluriempleo, la sobrecarga de tareas de cuidado, el cansancio con los espacios de representación, el ataque constante, los despidos masivos; todo genera cierto aire de fatalismo. Confío en la organización desde abajo, desde la independencia política, la construcción de comunidad y el posible teje de redes con otros espacios por fuera del ámbito universitario que también están siendo atacados.

Elis Jones: Luego de la marcha, en realidad más allá de lo que suceda con el proyecto de ley de financiamiento, el desafío para el movimiento estudiantil local es asumir que debe recrearse, apropiarse de las tareas que se desprenden de la defensa de los propios derechos, de los propios intereses, hacerse cargo de la madurez, el tiempo y energía que implica. Hablo de estudiantes que no militan y de aquellos que lo hacen (por incapacidad o voluntad) torpe e ineficientemente, deben abrir la cabeza a la política (partidaria y no partidaria) para entender cómo y porqué se agrede a la universidad, y a partir de ahí tomar acciones. Desde el “apoliticismo” nada se le puede ofrecer al estudiantado, más que un “servicio” de gestión de mobiliario o de la información de la facultad, lo que tiene nula relevancia cuando lo que está en juego son los principios de la Universidad como la conocemos: Gratuidad, autonomía, calidad académica, libertad de cátedra, cogobierno, compromiso social, igualdad de oportunidades, son todos y cada uno principios políticos y defenderlos es tener una postura política.

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