Vivimos tiempos de indiferencia colectiva. Lejos de ser una anécdota de los manuales de historia, el mundo atraviesa guerras por el reparto de los recursos y territorios. La derecha y el fascismo aparecen de manera cotidiana a través del anuncio de medidas autoritarias, discursos de odio y represión. Gran parte de la sociedad se acostumbró a altos niveles de precarización de la vida sin posibilidad de pensar en un futuro. A simple vista, pareciese que pueden hacer lo que quieran. Sin embargo, la sociedad con la que sueña la amenaza fascista todavía no existe. Estamos a tiempo de ponerle un freno.
Vivimos tiempos de indignación. Somos miles quienes no estamos dispuestos a aceptar el hambre, la pobreza, la miseria y la represión. Persiguen artistas, periodistas y famosos que se pronuncian en su contra. La persecución a quienes pensamos distinto, la amenaza a las izquierdas y las militancias de manera concreta a través de los juicios y las detenciones debe ponernos en alerta y organización. La indignación es la punta de lanza para transformar nuestra bronca en organización. Si cada uno de nosotrxs se queda en su casa nada cambiará. Si somos miles quienes decidimos unirnos y hacerlo de manera colectiva, la historia será distinta.
Necesitamos tiempos de resistencia. Dijimos que nadie se salva solo y vivimos varias de las movilizaciones más masivas de la historia reciente de nuestro país. Se sostienen ollas populares, pelean los viejos, lxs trabajadorxs de la salud, el movimiento de mujeres y disidencias. Se hacen ver los conflictos contra el desfinanciamiento universitario, paros generales conquistados desde abajo, fotos históricas de unidad como las de los 24 de Marzo. Al individualismo le oponemos solidaridad. A la indiferencia resistencia. Impedir que las reformas de la derecha logren implementarse es la tarea de nuestra generación. Lograr que el sentido común del fascismo no esté en las bocas del pueblo nuestro desafío.
Necesitamos tiempos de revolución. La tarea de frenar a este gobierno es sin duda fundamental. También es importante reflexionar acerca de qué nos trajo hasta acá. Las promesas que la democracia no pudo cumplir y la decepción de grandes mayorías sociales respecto a la política tradicional deben ser el punto de partida para un nuevo proyecto social y político. Para ello, tenemos que construir una organización política que actualice el socialismo para Argentina y el siglo XXI. Queremos que seas parte de él: ¡sumate a militar!
Poder Popular es una organización política revolucionaria que busca construir una sociedad democrática, socialista y feminista. Somos parte todos los días de la militancia por recuperar y construir sindicatos de lucha, de la pelea contra el hambre y el narcotráfico en los barrios del subsuelo de nuestra patria y de los centros de estudiantes que se ponen de pie para defender la educación pública. Estamos presentes en las luchas contra el extractivismo, en defensa del agua y la vida. Nos proponemos construir una alternativa política que pueda plantear otro modelo de país.